Boda en el Torreón de Veredillas | María+Iván - Johnny García

Boda en el Torreón de Veredillas | María+Iván

Posted 10 abril, 2018

La boda en el Torreón de Veredillas de Iván y Maria fue una de esas bodas que esperas con emoción, ilusión y expectación, porque son grandes amigos desde hace mucho tiempo, hemos compartido muchos momentos, y nos han visto crecer como personas y como fotógrafos.

Siempre nos levantamos nerviosos antes de cada boda. Cada una es diferente y especial, para nosotros es una gran responsabilidad el que las parejas nos confíen el reportaje en uno de sus días más importantes, no podemos fallar, y tenemos que estar al cien por cien, pendientes de mil detalles y momentos únicos e irrepetibles que si se te escapan se pierden en el olvido, de modo que estos pequeños nervios nos mantienen alerta. Pero en casos como el de Maria e Iván, siempre notamos que esos nervios se duplican: como amigos es muy emocionante acompañarlos en un día tan especial, pero como profesionales es un honor estar captando con nuestras cámaras todo lo que sucede a nuestro alrededor, cada sonrisa, cada lágrima de emoción, cada abrazo, cada beso, cada mirada…

El día comenzó ajetreado: preparar cámaras, luces, look de invitados, mensajes en los grupos de amigos con ganas de disfrutar el día a lo grande, nervios de los novios… Y empezamos el reportaje en casa de Iván para ayudarle a vestirse junto a su familia y la pequeña Emma, que no pierde detalle de los preparativos.

Mientras, Maria, muy bien acompañada por hermanas, tía y amigas, ya está en peluquería y maquillaje de la mano de MG Estilismo, en Hervás. Estas situaciones siempre dejan momentos muy divertidos, pues a los nervios de todas se añaden muchas risas y bromas que ayudan a relajar el ambiente. Después continuaríamos en su casa, donde sus hermanas y sus padres la ayudarían con el vestido en los momentos previos. Emma estaba impresionada de ver a mamá “vestida de princesa”.

Llegó el momento de salir hacia El Torreón de Veredillas, una finca de bodas ubicada en el término municipal de Oliva de Plasencia, donde tendría lugar el enlace, desde la ceremonia hasta el baile, pasando por el cóctel y la cena.

Iván salía en primer lugar acompañado por la pequeña Emma, que nos dejó una de las anécdotas del día al grito de “papá, me hago pis!”. Como todo el que tenga niños sabrá, éste no es momento para remilgos, de modo que hubo que orillarse en la carretera para salir corriendo a que papá ayudase a la pequeña en sus menesteres. Lo cierto es que no es la primera vez que nos encontramos en esa situación, lo más pequeños no entienden de protocolos ni de “malos momentos”, y ¡nos encanta! ¡Son únicos! Esa naturalidad con la que viven estos días (que los mayores suelen vivir con mucho nerviosismo por todos los preparativos), deja claro que a veces hay que relajarse un poco y simplemente disfrutar del momento, venga como venga y pase lo que tenga que pasar.

Ya en la finca, van llegando poco a poco los invitados y preparándose para la ceremonia. Maria entra acompañada por su padre y precedida por los peques de la familia. Las características de la finca permiten organizar una boda al aire libre, de modo que la ceremonia transcurre en uno de los patios ajardinados del complejo, presidido por una preciosa escalinata de piedra. Varios amigos y familiares les dedican unas palabras a la pareja, provocando entre los asistentes más de una lágrima y ¡muchas risas! Además, una de las niñas de la familia ponía música al chelo. Este tipo de ceremonias tan participativas siempre son muy emotivas para todos.

Tras los buenos deseos, el arroz, los besos, besos y más besos (ya se sabe como son estas cosas), y alguna foto de familia, pasamos al cóctel en el jardín del complejo. Los peores nervios ya han pasado. Todo va transcurriendo con normalidad, y los novios pueden al fin relajarse un poco y disfrutar de la compañía de sus invitados, momentos que suelen aprovecharse para hacer algunas fotos de grupo, porque, ¡claro que si! todo el mundo quiere fotografiarse con la pareja.

Una vez que avisan del restaurante de que la cena va a comenzar, y mientras los invitados van buscando su sitio en el seatting y ocupando su lugar en las mesas, aprovechamos para hacer alguna foto más íntima de la pareja, pero sobre todo para dejarles un poco de espacio, por primera vez en todo el día tienen unos minutos a solas para intercambiar sensaciones. Además, como ellos querían hacer post boda (de la que hablaremos más tarde) para poder disfrutar por completo el día de la boda, nosotros, como profesionales, solo nos dedicamos a captar todo lo que sucedía a nuestro alrededor, ya haríamos las fotos de pareja más artísticas un poco más adelante, con más calma.

En el Torreón de Veredillas, las cenas suelen ubicarse, si el tiempo lo permite, en el precioso patio central presidido por una fuente, y desde el que se accede fácilmente al resto de las instalaciones. Tras la cena, se proyectó en el mismo patio un video que habían preparado entre amigos y familiares con imágenes de los muchos momentos vividos por la pareja, justo antes de pasar a la sala de baile para disfrutar por todo lo alto de la fiesta que Santos Music iba a amenizar como solo ellos saben hacerlo.

Iván y Maria querían hacer su post boda en Hervás, ellos han crecido aquí y fue aquí donde comenzaron su andadura juntos, de modo que no podía ser en otro lugar. Además, Hervás tiene un entorno único, con un espectacular bosque de castaños y una judería del siglo XIII declarada conjunto de interés histórico e incluida en la Red de Juderías de España. Eso si, ellos querían aprovechar la magia del otoño, así que tuvimos que esperar a que entrase en todo su esplendor para darnos un paseo por el bosque que dejó imágenes impresionantes.

María, Iván, mil gracias por dejarnos formar parte de vuestra historia.

Mil gracias por ser parte de nuestra historia. Un abrazo.