Hoy nos vamos con una boda en Hervás muy especial. El «Si, Quiero!» de Sofia y Charly.
Si bien es cierto que nuestros novios siempre son «lo más», que nos reciben con los brazos abiertos y nos hacen sentir que somos uno más en su día… nos vais a permitir que digamos que esta boda fue un poquito más especial si cabe para nosotros. Y es que… son nuestra familia.
Para ellos era muy importante tener la boda íntima con la que soñaban. Ellos querían sentirse en casa y rodeados de los suyos, y así lo hicieron. Aprovechando que viven en una pequeña finca en el campo, organizaron todo en su propia casa. Podéis imaginar el jaleo de los preparativos en los que toda la familia arrimamos el hombro: desde montar el altar donde se celebraría la ceremonia, conseguir sillas, organizar los diferentes corner, como por ejemplo un rincón de maquillaje que hicimos con muebles antiguos restaurados, el candy bar, un chill out para relajarse apartado del bullicio, el rincón de los regalos para los invitados, hechos a mano (mini macetas y licor artesano), decoración para toda la finca a base de alpacas de paja, señales de madera indicando cada rincón, y flores, muuuchas flores por todas partes.
El árbol de firmas donde los invitados dejaron su huella, fue obra de la abuela de la novia, que es pintora, de modo que al finalizar la boda los novios se encontraron con una maravillosa obra de arte colectiva que presidirá su salón por mucho tiempo.
El vestido de la novia fue hecho a mano por Luna de Trapo siguiendo el diseño que había creado la propia novia. Y el novio y el pequeño Iago iban vestidos a juego con vaqueros, camisa blanca y zapatillas converse, ya que para Charly era importante sentirse «él mismo».
Tras meses de preparativos y ciertos momentos de histeria por las lluvias torrenciales de los días previos… al fin llegó el «día D», espléndido y cálido de principios de junio. Podéis suponer el bullicio de gente entrando y saliendo de la casa aquel día: la florista de los viveros Becedas de Plasencia afanándose en decorar el altar y cada rincón de preciosas flores de estilo silvestre; la gente de Catering Extremadura de Zarza la Mayor que empezaban a ubicarse en la cocina de la casa familiar y a colocar mesas; una empresa local de distribución de bebidas que instalaba las cámaras de refrigeración y las llenaba de todo tipo de bebidas… la novia nerviosa ultimado detalles, y nosotros mismos organizando arreglos de última hora como el camuflaje de las cámaras refrigeradoras.
La peluquería a cargo de la tía del novio y el maquillaje de la mano de Lola Arrojo se realizaron allí mismo, al aire libre, aprovechando el corner de maquillaje que habíamos creado.
Y llegó el momento de vestirse. Lo hicieron juntos, en su casa, con su peque. Los tres juntos estaban preciosos. Poco a poco fueron llegando los invitados, la familia mas cercana no podía evitar entrar a casa a abrazarlos, como es lógico. Los amigos y el resto de familiares se iban sentando en las sillas colocadas en semicírculo alrededor del altar. Salieron los tres juntos de casa y caminaron de la mano hasta el altar donde Carlos, concejal del ayuntamiento, oficiaría la ceremonia con la participación de familiares y amigos. Un momento altamente emotivo en el que no faltaron risas y muchas lágrimas!
El rito central también fue idea de los novios. Como iban a ser tres en la ceremonia, decidieron que no habría anillos, y en su lugar realizaron una impronta de manos en el centro de un mandala que había creado el padre de la novia para la ocasión: la mano de Sofia, la mano de Charly , la mano de Iago y un hueco para futuros miembros de la familia, quedaron unidas para siempre en un ritual de «unión familiar».
Y llegó la hora de relajarse y divertirse! La cena consistió en un cocktail largo y desenfadado en el que no faltó comida de todo tipo. Tras ello, los amigos de la pareja tenían preparadas un monton de actividades, desde juegos hasta actuaciones y divertidas grabaciones para darles la enhorabuena!
La postboda la realizamos en Trevejo, una pequeña población al norte de Cáceres, en plena sierra de gata, que creció en tiempos de la reconquista entorno a una antigua fortaleza árabe sobre la que se construyó el actual castillo en el siglo XV, en ruinas como consecuencia de los daños sufridos en la Guerra de Sucesión Española en la primera década de 1700. Está declarado Bien de Interés Turístico debido a la perfecta conservación de la arquitectura tradicional de la zona, y las increíbles vistas de toda la comarca. Un lugar imprescindible para perderse por sus callejuelas.
Sofia, Charly, en un placer formar parte de vuestra historia.

































































































Fotografía: Johnny García, fotógrafo de boda en Extremadura
Pareja: Sofía + Charly
Localización:
Hervás | Extremadura
Trevejo | Cáceres | Extremadura
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