Bodas en Béjar | Gema + Alberto - Johnny García

Bodas en Béjar | Gema + Alberto

Posted 24 abril, 2018

Trabajar como fotógrafos de bodas en Béjar (Salamanca) siempre es un placer, además, al estar tan cerca de nuestro estudio ¡nos sentimos como en casa!. Y la boda de Gema y Alberto fue una de esas.

Comenzamos con Alberto en casa de sus padres, en Béjar. Nos recibía junto a su padre, su hermano y su perro Drako. Mientras su madre y su cuñada llegaban de la peluquería, fuimos fotografiando el traje y los complementos que iba a llevar en el gran día, entre ellos unos geniales gemelos con forma de calavera que dejaban entrever la personalidad del novio. ¡Nos encanta cuando las parejas se muestran tal y como son! El día dejaba sentir ese calor aplastante de finales de agosto, así que ¿Qué mejor forma de relajar nervios y refrescarse que dándose un buen chapuzón? Al final hay tiempo para todo.

Gema nos esperaba en La Garganta (Cáceres), su pueblo, para vestirse en la casa familiar acompañada de sus padres y hermanas. Por allí andaba también su pequeño sobrino, más pendiente de los dibujos de la tele que del jaleo a su alrededor, y con cara de vergüenza nos enseñaba el corazón en el que más tarde llevaría los anillos.

Tras vestirse la novia, salíamos hacia el Centro Cultural del antiguo Convento de San Francisco, en Béjar, uno de los primeros conventos que los franciscanos levantaron en la comarca allá por el siglo XIII, donde se celebraría la ceremonia civil en el precioso claustro del complejo, que consta de dos plantas de altura con un curioso juego de volúmenes al presentar arcos de medio punto carpanel en la planta superior, y ligeramente peraltados en la inferior, sobre una columnata de orden dórico que deja sentir la austeridad franciscana. En el claustro, además, pueden verse los escudos de los Zúñiga, con la corona ducal y las letras FMA (Francisco y Mª Andrea de Guzmán, hija de los condes de Niebla, siglo XVI); y los escudos de la Orden Seráfica, con dos brazos formando una cruz en el centro, uno de ellos desnudo y el otro con la manga del hábito franciscano.

Enseguida fueron llegando los invitados y el novio, y poco después la novia aparecía en un antiguo coche modelo “escarabajo” de un llamativo color turquesa. La ceremonia transcurrió dentro de lo esperado; si algo tienen las ceremonias civiles es que se permite mayor participación a la familia y amigos, y el resultado siempre es altamente emotivo. Los anillos los llevó, como apuntábamos antes, el pequeño sobrino de la novia, esta vez con cara de orgullo por tan importante encomienda. Y para finalizar, los novios realizaron la “ceremonia de la arena” y brindaron, como no podía ser de otra manera, con dos botellines de cerveza. ¡Vivan los novios!

Y llegó el momento de relajarse y disfrutar de la fiesta en el Complejo Rural Vistahermosa, una finca de bodas en Béjar con un precioso jardín desde el que disfrutar de unas espectaculares puestas de sol, y donde tendría lugar el cocktail, cena y baile. El cocktail es un momento más relajado para todos, en el que la atención de los novios se centra más en los invitados y pueden por fin charlar con calma con amigos y familiares. En esta boda, además, pudimos saludar a buenos amigos a los que anteriormente habíamos acompañado con nuestras cámaras en sus bodas, ¡y eso siempre nos hace especial ilusión!

La postboda la realizamos en una de las antiguas fábricas textiles de Béjar, ubicadas a orillas del río “Cuerpo de Hombre”. La mayor parte de las fábricas se encuentran hoy en día inactivas, pero son parte del patrimonio histórico e industrial de Béjar marcado por la industria textil lanera desde el siglo XIII. Su situación no es casual, entorno al río se asentaron decenas de fábricas logrando una imponente industria que aprovechaba la corriente del agua para alimentar las turbinas de las fábricas. La época de mayor esplendor para el textil bejarano se vivió en la década de los sesenta del pasado siglo, llegando a ofrecer empleo a más de 5.000 trabajadores.

Mil gracias pareja por confiar en nosotros para un día tan importante, gracias por dejarnos formar parte de vuestra historia. Un abrazo.